miércoles, 21 de marzo de 2012

HASTA SIEMPRE



 De momento abandono el blog, lo que no sé es si será de una forma definitiva, el tiempo lo dirá.
  Mis expectativas en intentar que los lectores se implicasen en alguna medida han fracasado, aquí no comenta nadie salvo alguna excepción, no era esa mi idea, si no que se participase en la medida que fuere. No ha sido así.
  Saludos a todos y hasta siempre.

jueves, 15 de marzo de 2012

EL DEMONIO ANDA POR AHÍ



  Hacía tiempo que nos la veía y ahora se las podía ver emparejadas, mujeres maduras con sus cuadernillos debajo del brazo paseando arriba y abajo por el paseo marítimo. Sabía perfectamente quienes eran y que querían, ya me habían abordado en más de una ocasión teniendo conversaciones que derivaban con una facilidad pasmosa en discursos surrealistas. Pretendían evangelizarme, dejarme folletos y en último término venderme algunos de sus libros. Las dos primeras veces que hablé con ellas les seguí la corriente, pero a la tercera y en función de que el abordaje siempre fue por su parte, el diálogo lo fui haciendo poco a poco más agresivo, también molesto por que me habían interrumpido la lectura, preguntándome precisamente si me gustaba leer. De ahí a darme un folleto con la palabra de dios todo fue uno, yo les dije que no era creyente y que no tenía ninguna intención de leer aquello, además, añadí, que la palabra de dios no podía estar escrita por el simple hecho de que dios no existe, en todo caso aquellos folletos eran palabra de hombre y ya sabemos como es la palabra de hombre, y encima si son zafios como los que esto escriben, fíjense ustedes. Se crecieron espantadas y orgullosas y me dijeron que en la biblia estaba la palabra de dios, que si no había leído la biblia. Les dije que no, pero que estaba dispuesto a leerla si me contestaban a unas simples preguntas que irían implícitas en mi discurso y que podrían responder al final. Se miraron un tanto perplejas y me dijeron que podía preguntar lo que quisiese, al fin y al cabo estaban con la verdad..
  Lo primero que no entiendo del catolicismo es lo de infierno y cielo con su purgatorio y el limbo añadido, no llego a comprender cómo se puede castigar o premiar por los actos de una vida tan corta vivida por individuos imperfectos. ¿Quién tiene ese valor?, indudablemente dios con sus designios o más bien sus caprichos, puesto que todo ya lo escribió, lo redactó o lo planeó.
  Sin dar mayor importancia a lo anterior, el núcleo del asunto, les dije, es después de la muerte. Una vez perdida la carcasa nos quedamos al parecer con el alma, que nadie sabe como es ni en que estado se encuentra cuando uno se muere, pero si parece por obvio que todos los deseos carnales desaparecen; no tenemos hambre, ni sed, ni respiramos, no necesitamos el sexo, etc, etc. La imagen de este alma tampoco la podemos imaginar, si un individuo era hermoso o hermosa, feísimo o feísima, contrahecho , estúpido, joven, viejo, o como quiera que pasó al otro barrio, cómo quedaría reflejada ese alma. Supongo que el alma desde que nacemos es inalterable y tiene su imagen delineada independiente de su cuerpo terrenal.
  La hemos palmado, estamos en estado almánico y nos encontramos a la espera del juicio final, se entiende en una antesala abarrotada e inmensa donde nos vamos apelotonando los millones que dejaron el terruño. ¿Cuándo será este juicio?, se supone que cuando no quede ser humano sobre la faz de la tierra o del universo, que lo mismo reventamos mañana en este pequeño mundo o la vida nos lleva a expandirnos por esos planetas allende los universos. 
  ¿Mientras llega el juicio qué se hace? Pecata minuta, no tiene importancia, el caso es que llegará tarde o temprano, para el caso da igual. Llegado el juicio tendremos tres sitios donde ir, a los del limbo no creo que pasen por el jurado, serán pues, el cielo, el infierno y el purgatorio. No veo yo que nadie pueda ir al infierno, no sería justo que por unas maldades hechas en cinco, diez o veinte años, los que queramos dentro de nuestra vida, fueran al fuego eterno, que por cierto siendo almas, algo incorpóreo, creo yo, no podrían quemarse, ni por supuesto sacarles los ojos con un punzón, arrancarles las uñas con unos alicates, o simplemente ponernos electrodos en los huevos. Luego los castigos sufridos deberían ser de tipo psicológicos, unos demonios trabajándote el coco por una eternidad no me cuadra bien, claro que dios con su infinita sabiduría sabrá torturar adecuadamente. Aquí mis dos   queridas evangelizadoras quisieron abrir la boca, a lo cual reaccioné rápidamente tapándoselas con las manos y amenazándolas con el estrangulamiento si rechistaban. Por supuesto no dijeron ni pío. El purgatorio sería para pequeños pecadillos y que pasado un tiempo irían de cabeza al cielo. Bien es verdad que nos tendrían que haber dicho antes los castigos correspondientes a cada pecado, de esa forma nos atendríamos a las consecuencias, se bien que hay normas, pero con todo y con eso creo que falló el equipo jurídico.
  A mi personalmente me interesa el cielo, ya que el que suscribe es bueno, se entenderá que esos intentos de estrangulamiento son meras fanfarronadas, no creo estén en ese código penal secreto. Pasamos por el jurado que nos dan el visto bueno y al cielo de cabeza. Supongo que nos darán un manual, quizás no haga falta, puesto que allí ¿qué se hace?. Los placeres de la carne como he dicho no se pueden dar por la sencilla razón de que ésta no existe, nos quedan los placeres espirituales propios del alma, que sería entiendo la contemplación, pero, ¿qué contemplamos eternamente sin que se nos canse el sentido que nos quede?
  Te han quitado, esto se puede llamar así, te han quitado un par de huevos fritos con patatas, una buena peli, un buen polvo, una ración de gambas a la plancha, un buen vino de donde os guste, esas lecturas inolvidables, te han quitado esos pequeños placeres que es de lo que uno vive y te mandan a la eternidad a contemplar con tu bella alma resplandeciente.
  Les pasé la mano por los hombros a mis dos amigas, ya las consideraba así y les dije muy afligido, ¿qué se hace hasta la eternidad?, ¿no será mejor la nada?. De sendos manotazos me apartaron las manos y con ojos de rencor y ira me llamaron ateo y se alejaron como si hubiesen visto al mismo diablo. Me mosquee no sea que hubiese sido imprudente, al darme la vuelta ahí estaba, se me había salido el rabo por la pernera.

lunes, 5 de marzo de 2012

ESTERNOCLEIDOMASTOIDEO



  Me he despertado con una palabra que por razones que no comprendo  cuando la pronuncio me hace feliz, la palabra en cuestión es esternocleidomastoideo. Palabra larga donde las halla y además contundente. Creo en las palabras contundentes porque además de felicidad te aportan seguridad, repetir varias veces esta palabra y observareis que no se diluye, una palabra sin esta contundencia, a la quinta o sexta repetición se evapora, pierde su sentido. Esta no, cada vez  tiene más contundencia, así pues, me la llevaré conmigo por lo menos el resto del día, toda ayuda para ser feliz es poca.
  Estaba preparándome para salir a por el pan, cuando mi mujer me llama la atención, ha encontrado una mota de polvo encima de una mesita donde desayunamos, la cual, según mi cometido la tenia que haber limpiado, cosa que hice, pero parece ser mal. Si es que no puede ser, me dice, todo el santo día con la musa esa rondando Babia. Sabrá donde está Babia, me digo y sigilosos abro la puerta y me voy. Esternocleidomastoideo, OH!, que feliz. Llamo al ascensor y no sube, vivo en un catorce piso, no me hace ninguna gracia bajarlos andando y el caso es que no tengo otra opción, por que el traje que me compre no me atrevo a usarlo, es uno de esos que sirven para planear, con membranas entre las piernas los brazos y el cuerpo, que por cierto me sienta de maravilla. El traje es muy sencillo de manejar, abres las piernas y los brazos y con ligeros movimientos  lo diriges a donde quieras, eso es lo que ponía en el manual, me he tirado desde la mesa al suelo y claro poco espacio para saber si el traje se atiene a lo que dice el manual. De momento bajaré andando y con optimismo con la palabra encontrada tarareando una pieza de Dire Straits.
  El día está fresco y luminoso, me acerco a unos jardines que están al lado de casa donde los abuelos juegan con sus nietos, algo idílico, como ese nieto que le tira la pelota a su abuelo que torpemente trata de devolverla, como tarda un poco el nietecito de unos nueve años le increpa al abuelo, échame la pelota hijoputa. Me quedo parado, como una esfinge, el abuelo coge al fin la pelota y se la echa, sin más. No se que hacer, estoy bloqueado. Esternocleidomastoideo, por fin salió, aunque los sentimientos contrapuestos quedan ahí, coger al nieto y abuelo, al abuelo y nieto y, y, y qué.
  Sigo con mi paseo a la panadería tratando de olvidar a esos dos seres humanos cuando al doblar una esquina, un individuo con una navaja en la mano me pide todo lo que tenga. Primero es la sorpresa, uno no espera una cosa así, venga, lo que tengas, me dice. Sin ponerme nerviosos le enseño mi monedero, setenta céntimos para una barra de pan, ¿me estás tomado el pelo?, me dice el caco, esto es lo que tengo, le respondo, regístrame si quieres, ah!, y además el reloj, comprado en un mercadillo por tres euros, pero va muy bien. Pero bueno, este oficio con la crisis se va al garete, me dice, no te pongas así, le digo, si quieres te llevas las zapatillas, no son muy allá, que te crees, me responde, no soy un basurero, soy asaltante de oficio y opositor a concejal de urbanismo. Hombre, pues hoy te puedo echar una mano, le digo, he descubierto una palabra que ayuda mucho, ¿una palabra?, me dice, sí, te la presto y verás, se llama esternocleidomastoideo. Se quedó abrumado, pensativo, con gesto brusco se metió la mano en el bolsillo y me dio cinco euros, echó a correr como un poseso dando saltos. Lo sentí por él, la verdad es que la cosa está rara.
  Al llegar a la panadería me entero de que la barra de pan ha subido cinco céntimos. Tengo mis manías y es no dejar nunca a deber nada por mínima que sea la cantidad, entonces no caí en los cinco euros del caco, me vuelvo para casa a por los cinco céntimos que me faltan.
  El ascensor sigue estropeado, madre mía, tengo que subir andando los catorce pisos y uno no está para trotes. Con volunta esfuerzo y descansando cada dos pisos llego por fin al mío exhausto, hecho polvo y con un ligero indicio de depresión. No me gustaría que mi mujer me viese y abro la puerta con sigilo, da lo mismo, tiene oído de tísica, oye lo que no tiene que oír y no oye casi siempre lo que le digo. ¿Trajiste la sal?, es lo primero que me suelta, ¿qué sal?, le digo, pues la que te pedí o es que estás tonto. Hasta ahí podíamos llegar, no me ha mandado a por sal, bajo voluntariamente todos los días a por el pan a la misma hora.
  Esternocleidomastoideo. Me refugio en mi cuarto diciéndole que no se preocupe que bajo enseguida, no quiero ningún lío. Pienso que la palabra en esta ocasión no me ha dado resultado, no siento alivio, sobre todo por que pienso que tengo que volver a subir los catorce pisos andando, es posible que la esté gastando un poco.
  Encima del ordenador tengo un retrato de las máscaras, Talía y Melpómene se supone que están detrás, escondidas, aunque para el caso es igual que estén donde sea, no serían capaces de dar solución a mi problema, ellas están en otro estadio. Claro que a lo mejor Melpómene tendría alguna idea aunque se aparte de su trabajo de musa. Me acerco a la máscara y le susurro mi problema, al otro lado me responde una especie de siseo leve, debe de estar en la siesta, por lo visto sestea a menudo. Me as oído, le digo, sí, me responde como de pasada, sin convicción, sospecho que no me oyó, espero un poco y toco la máscara por que el tiempo apremia. Escucha, me dice muy bajito, pego la oreja a la boca para oírla mejor y me suelta que me ponga el traje de hombre pájaro, planee hasta la panadería, de vuelta coja el ascensor del bloque de enfrente que tiene dieciocho pisos más la terraza y desde ésta, planee hasta la ventana de mi habitación, que la deje abierta. Y es que las musas están en todo, me pongo el traje rápidamente con un casco de ciclista que anda por ahí, que aunque no sea muy ortodoxo sirve para la ocasión, abro la ventana poniendo una silla para que no se cierre, me subo al alféizar y me viene el primer mareo y rugir de tripas, calculo en un segundo la altura, más o menos cuarenta y cinco metros. Al mareo se le junta el chocar de las rodillas y los dientes parecen unas castañuelas. El mundo es de los valientes, esternocleidomastoideo, y me tiro. Planeo a una velocidad que no lo podía creer, me muevo y no giro ni a la derecha ni a la izquierda, voy como una flecha al edificio de enfrente, atravieso un gran ventanal que pueda ser el salón ,destrozo por lo menos una televisión y un tabique y salgo por la ventana que está enfrente causando estragos en toda la casa, el choque aminoró la velocidad y me pego literalmente de frente con el otro edificio a eso del cuarto piso, como una salamanquesa, como si tuviese ventosas en todo el cuerpo, me voy descolgando por la pared lentamente hasta llegar a la acera. Me duele todo, un hombre que se acerca y me roza me provoca un aullido de dolor que se escucha en todo el barrio.
  Estoy en el hospital enyesado como una momia, me han dicho cuantas fracturas tengo, me da igual, no voy a bajar a por el pan en meses.
  Me parece que me equivoqué con la palabra, creo que se quedó corta, pero no importa, tengo la auténtica, esternocleidooccipitamastoideo.
  Le he pedido a la enfermera con señas que con una segueta corte la escayola a la altura del codo y me ponga unas bisagras para poder mover el brazo, se negaba, pero al decirle que tengo un blog y esto ha de ser relatado se ha avenido con la chapuza, mis lectores son mis lectores, le estaré eternamente agradecido y le daré las gracias cuando pueda hablar.

viernes, 2 de marzo de 2012

CAGANDO LECHES PARA ARGENTINA



 Esta joya la ha soltado Cristina Fernández presidenta de Argentina: En España prácticamente se invita a los empresarios a rentabilizar sus empresas con el sacrificio de los empleados.
  Manda carajo.
  Propongo alquilar unos cuantos miles de paquebotes como los de arriba, nos metemos todos los españoles y para Argentina, a bailar sardanas, muñeiras, sevillanas, pasodobles y lo que se presente, degustando a la par esos buenos filetes que se gastan por allí.
  

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