Los blogueros tenemos un ranking, algo que ignoraba pero que me ha venido muy bien para enterarme de mi posición en este mundo y además, para enterarme de quien me lee. Paso de los dos millones en el ranking, el caso es que no soy el último, y de quien me lee me ha dejado inquieto. Al repasar las visitas del blog, veo que tengo lectores americanos o en todo caso uno que me lee con bastante frecuencia, en concreto de Estados Unidos. ¿Cómo es esto?, ¿cómo es que me leen con asiduidad de los Estados Unidos?. No le di importancia durante una temporada, pero el cerebro funciona como funciona y la casualidad es como es. El caso es que un día repasando el blog y con la tele delante donde en ese momento empezaba una película que hacía tiempo había visto, me entró un cierto desasosiego. La película era “Los tres días del cóndor”, no se si os acordáis de ella, que protagonizaban Robert Redford, Faye Dunaway y Max Von Sidow. La trama más o menos consistía en una célula de la Cia que se dedicaba a leer todo tipo de escritos buscando posibles complot, o ideas que pudiesen albergar cosas parecidas. Asaltan el piso y acaban con todo bicho viviente menos el protagonista que es Redford, siguen peripecias de diversa índole que mejor que las cuente os la descargáis y os enteráis de la trama, es recomendable.
Es entendible mi desasosiego, creo yo, de momento he blindado mi puerta y los recorridos para hacer la compra los cambio a diario. ¿Somos los blogueros espiados?, entra en lo posible, también entra en lo posible que esté neurótico, claro que en este asunto, digo de la neurosis, no hay un dios que se salve..
¿Leen los servicios de inteligencia (a mi esto de inteligencia me da risa y por supuesto pavor) lo que los blogueros entre otros opinadores escribimos?, ¿indagan lo que piensan un sector de la sociedad que escriben de la vida en internet?. Pues claro, eso y más, estamos medidos, pesados, censados, que quieren meterse en nuestro cerebro para llegar al colmo Gran Hermano, la manipulación total, si es que ya no estamos manipulados. Nos están dejando sin conciencia, sin ideas, sin nada. Lo que importa es que tengamos un móvil, el medio idóneo para saber donde estás, cuando meas y como respiras. El móvil es el localizador y en mucha medida la sonda que penetra en tu cerebro para controlarte. Si aquella película se hiciese hoy, aparte de leerte esas agencias, emplearían facebock, twiter y sobre todo meterían el dedo en nuestros ordenadores y los móviles. Mientras tanto los pobres de a pié dando pelos y señales de lo que son sus tristes vidas.
¿Qué nos queda?, ¿abandonar todo y meternos en una cueva revestida de plomo?, ¿o mentir constantemente y que sepan que mentimos? Creo que el despiste es lo mejor, hacernos implantes de los ojos de un camaleón, un curso de invisibilidad y sobre todo aprender a volar.
Ayer desde la terraza de mi casa divisé un tipo vestido de negro (tengo unos prismáticos de primera generación, que se creen), plantado en una esquina como un poste, a este es fácil darle esquinazo.