El día tal y tal dejé de escribir este blog por diversas razones que quizás algún día explique. Dije que no se si volvería o lo abandonaría definitivamente. El caso es que voy y vengo como un yo-yo y ahora estoy escribiendo desde la nada, lugar en el que creo estar o estaré, sitio que no es nada recomendable, aunque la realidad no se sabe si es o no es o ni existe. Creo más bien que estoy en la periferia de la nada, no se si apunto de salir de ella o que ella me engulla de una vez por todas.
Llevo demasiado tiempo en este agujero y empieza a ser doloroso, mejor intentar salir, volver a esta otra dimensión, a esta otra nada que es España, a este agujero lleno de estúpidos, mangantes, chorizos y demás ralea.
Volver a esta España que no es nada, posiblemente sea más doloroso que estar en la nada, y es que, el horizonte que se vislumbra no puede ser más deplorable.
Si la clase política es cerril, sin miras, la clase empresarial no le va a la zaga y de paso meto en este saco a todo bicho viviente que tenga un mínimo de responsabilidad al frente de cualquier asunto. Los únicos que empiezan a despertar son pequeños grupúsculos ciudadanos que han tomado conciencia que así no hay quien siga, es una minoría minoritaria de las mayorías, por que de las mayorías silenciosas no se sabe nada, entiéndase que estas últimas están en la nada, en la nada absoluta.
Creo que he sacado un brazo.
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