Me gusta ir por la vida de observador, creo que en algún momento lo he dicho en el blog, mejor observador que espectador ya que aquel se implica más que este, mira más atentamente, desmenuza, toma nota y a veces saca conclusiones.
En uno de mis habituales paseos pensaba en una de las últimas novelas de Javier Marías titulada “Los enamoramientos”, novela extraordinaria que la piensas de una manera distinta de otras por su tema eterno, el amor, sus consecuencias y sus derivaciones. Delante de mi paseaba una pareja que al parecer discutía, digo que parece, ya que el hablar de los dos era mesurado y no me llegaba con claridad lo que hablaban, sólo capté una frase que ella le dijo, “ a pesar de todo te quiero”.
La frase “ a pesar de todo te quiero” la enlacé con la novela de Marías y todo su entramado. ¿Qué quería decir la mujer con aquel “ a pesar de todo te quiero?. ¿Qué le hacia o dejaba de hacer aquel hombre para que ella pronunciase aquella frase?. ¿No la quería?. ¿Era infiel?. ¿La maltrataba?. ¿La mentía?. ¿Qué era aquel “a pesar de todo”?.
Se alejaban y me habían dejado de interesar como pareja, pero la frase me la llevé y estuvo conmigo durante varios días, dándole vueltas intentando desentrañar un misterio que seria imposible desentrañar sin el concurso de aquella mujer. En los días que siguieron me paseé por el mismo lugar que vi a la pareja con la intención de encontrarme con ellos, o por lo menos con ella, no para preguntarla, algo que seria absurdo y que por supuesto no me atrevería, la intención era al menos ver su cara para de alguna manera despejar alguna incógnita, alguna pequeña información de aquella mujer para poder despejar el sentido de aquella frase, quizás una señal, algo que me facilitase aparcar el tema. Marías dice en otra de sus novelas que escuchar es lo más peligroso, tenia razón.
No los volví a ver. En la novela de Marías la mujer le quiere a pesar de todo y a pesar de todo, le olvida
