miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Y?


   En el tablón de anuncios del bar Peter´s en Horta, las Azores, contado por Vila-Matas: “Recuerdo haber siempre pensado que la propia vida no existe por sí misma, pues si no se narra, si no se cuenta, esa vida es apenas algo que transcurre, pero nada más. Para comprender a la vida, hay que contarla, aun cuando sólo sea a uno mismo. Eso no significa que la narración permita una comprensión cabal, puesto que, de hecho, quedan siempre vacíos que la narración no cubre, a pesar de las suturas o remedios que intenta aplicar. Por ese motivo es por el que la narración restituye la vida sólo de forma fragmentaria”.
   Lo que del caso saco es que al contarse uno la vida la pueda cambiar, no precisamente para engañarse a uno mismo, sino para poder darle alicientes, escribir recuerdos de muchos años atrás, seguro que las cosas no fueron exactamente así.

   Estoy de acuerdo con aquel anónimo escritor, aquel sabio que posiblemente fue cazador de ballenas . 

lunes, 24 de febrero de 2014

MI AMIGO Y SU AMIGO MAQROLL

    
      Me he jubilado, sí, por la sencilla razón de que estoy harto de espiar. Lo habéis entendido bien, fui un espía y ademas un espía a destajo. He trabajado para cualquier bando que me aportase ideas y movimientos que me enriqueciesen, pero que nadie tergiverse esto, que me enriqueciese en mi formación, en mi forma de ver el mundo, de interpretarlo, esa fue la idea, la de comparar.
   En Panamá conocí a Maqroll el Gaviero, en un bar lleno de luz y sombras. Después de muchas noches de charlas comencé a sentir lo que es la vida, a partir de entonces mi idea del espionaje cambió aún más, y me jugué la vida, ya no espié por cuenta ajena, me dediqué a indagar e intentar comprender por mi cuenta, a asimilar todo lo aprendido, a saber mirar de frente todo el horror del mundo.
   A pasado tiempo y Maqroll murió, he decidido jubilarme y ir a su encuentro.
   Esta nota no es mía, yo estoy aquí, es de un amigo que desapareció hará unos quince días, me imagino que está feliz charlando con el Gaviero del bien y del mal. 

martes, 18 de febrero de 2014

EL HACEDOR II

 

   Estoy preocupado, el viejecito no despierta y me crea un estado de ánimo insoportable. Estoy pensando en consultar a un amigo siquiatra sin p, una variante de la psiquiatría  inventada por él que consiste en indagar campos que no sean solo de la mente, sino de todo el cuerpo. Como se pisa tiene una importancia primordial, estas pisadas y la solidez con que se asientan en el suelo, repercuten en ondas por todo el cuerpo hasta llegar al cerebro. Mirar las plantas de vuestros zapatos y os dirán muchas cosas, o por lo menso a él se lo dicen.
   He mirado las suelas de las zapatillas del viejito, están intactas, como si no hubiesen pisado jamás, obvio que por este medio no hay nada que hacer, además corro un riesgo, si le voy con el cuento a mi amigo es posible que acabemos los dos en cualquier sitio no deseable. También dadas las circunstancias, ya que abandonó la sanidad pública y se fue a la privada con el ímprobo Lamela, no me inspira confianza, así que iremos por otros derroteros.
   Otra preocupación que no me abandona, que me obsesiona, es el despertar del viejo, aquel despertar con aquella explosión, ¿es posible que se durmiese hasta que le despierte otra? Más angustia para potenciar mi ahogo.
   ¿Qué o quien me pueden ayudar a salir de esta situación? Quizás mis amigos astrónomos me puedan aportar algo, con Melpómene y Talía no se puede contar, están desaparecidas hace mucho tiempo. Pepe Estrella está en Chile, en Cerro Paranal, Carlitos Luna en Arecibo, donde hace surf cuando le dejan sobre la superficie del reflector. Seguro me dirán que estoy como una regadera, otra opción desechable. 
   Creo que he encontrado la solución, no se si será la mejor, el caso es que le estoy dando vueltas a la posibilidad de asesinarle, si esto fuera posible, y creo que puede ser mientras esté dormido, también pudiera ser que las cosas cambien con el sobresalto que pudiera tener en el momento infausto, a lo mejor después del acto todo se trasformaría en una implosión y podríamos volver a nacer bajo otras circunstancias.
   Se ha despertado, así, de repente, como si no hubiese dormido nunca y lo primero que me ha soltado, creo sin venir a cuento es lo que sigue: “La religión católica es una enfermedad, yo no la he impuesto, no se si te lo dije, es malvada por naturaleza y no tengo nada que ver con ella. Por favor dame una copita de lo que me diste antes”.
   Creo que se me saltaron unas lágrimas, estoy perdido, le pongo el güisqui que se lo mete al coleto entre pecho y espalda y me dice:”Recordar, sois parte de la vida, y esta no se anda con contemplaciones, si os tiene que quitar de enmedio porque la entorpecéis, os quitará”.
   Tomo nota y se leer entre lineas, lo mejor es quedar impasible, no valen las muecas.
   Me voy a dormir otra pequeña siestecita, espero que no me molestes, de paso lee lo que dice mi amigo Raoul Vaneigem: “ Desde la llegada de Cristo estamos liberados no del mal de sufrir sino del mal de sufrir inútilmente”, escribe con gran justicia el padre Charles de la Compañía de Jesus. El problema del poder no ha sido nunca el de suprimirse, sino el de darse una razón a fin de no oprimir “inútilmente”. Uniendo el sufrimiento con el hombre, bajo pretexto de gracia divina o de ley natural, el cristianismo, esta terapéutica enfermiza, ha conseguido su golpe maestro. Del príncipe al mánager, del cura al especialista, del director de conciencia al psicosociólogo, siempre es el principio del sufrimiento útil y del sacrificio consentido lo que constituye la base más sólida del poder jerarquizado. Sea cual sea la razón invocada - mundo mejor, más allá, sociedad socialista o futuro encantador - el sufrimiento aceptado es siempre cristiano. ¡Siempre! Al gusano clerical le suceden hoy los celadores de un Cristo pintado de rojo. Por doquier las reivindicaciones oficiales llevan en filigrana la asquerosa efigie del hombre crucificado; por doquier a los militantes les ruega que enarbolen la estúpida aureola del militante mártir. Los amasadores de la buena causa preparan con la sangre vertida las cochinadas del futuro: ¡menos carne de cañón y más carne de príncipe!
   Espero que tarde en despertar, o que despierte pronto y se largue, de cualquier forma no me molesta, lo del asesinato fue un arrebato.


   


jueves, 13 de febrero de 2014

EL HACEDOR



  Los hechos que voy a relatar a muchos os parecerán increíbles y sois muy libres de creerlos o no, vosotros mismos, pero ciertos son como que la tierra gira.
  Una tarde de lluvia de esas que me apetecen estar en mi cuarto leyendo, un fogonazo acompañado de una luz intensa me dio un susto que el libro que tenía en la mano salió despedido contra un anaquel, todos los que allí había se cayeron desperdigándose por el suelo. Al salir de la momentánea ceguera, en el sillón que tengo reservado para las visitas agradables, me encontré sentado un viejecito de facciones plácidas, pelo y barba blancas como la nieve y vestido de igual color, níveo, casi trasparente, cual figura venida de otro mundo.
  "Perdón hijo, pero es que estos batacazos los llevo muy mal", me dijo. Me miró fijamente y me preguntó que quien era yo. ¿Qué quien era yo?, no entendía nada, cuando observó los libros que estaban esparcidos por el suelo:" Perdón, perdón, algunas veces soy un desastre", me dijo, y con gesto apenas apreciable dirigido a los libros estos volaron para colocarse en sus lugares correspondientes.
  "Bueno y cómo van las cosas por aquí? Ya veo, no hace falta que me digas nada, vais como un tiro, la última vez solo había peludos que andaban con los nudillos y gruñían como los cerdos".
  La intuición dada la situación me decía quien era, aunque me resistía con fuerza a admitirlo, por que si era lo que yo creía que era, aquello era muy fuerte. Y claro me leyó el pensamiento. No te preocupes, me dijo, voy a estar poco rato, lo suficiente para tener una idea de conjunto, no veas la que tengo liada en Follipón, algunas veces me quita el sueño. Pero esto es distinto, este mundo es maravilloso y habéis prosperado de una manera que no se, que quieres que te diga, me preocupa, jamás he tenido oposición, pero la que estáis montando, aunque a decir verdad no os andéis con el bolo colgando, si el éxito se os sube a la cabeza puede ser malo, este mundo es casi perfecto, en Prostiti se fueron a la mierda con un bombazo que ni te cuento, no quedó ni dios, como decís por aquí. Por cierto, ¿no tendrás una copita de algo?, estoy seco, cualquier cosa me vale. ¿Y qué le daba yo?. Sin lugar a dudas y a pesar de su apariencia el viejecito debía ser como un toro así que el güisqui  que le propiné en un vaso lleno hasta los bordes se lo tragó de un lingotazo y no dijo ni pío, vamos que ni se estremeció, si acaso se relamió. Después y a botepronto me soltó lo siguiente: “Es muy difícil que el ser inteligente en cuanto tiene conciencia del yo no se vuelva irresponsable respecto a los demás seres y al entorno. Después de todo la supervivencia nos hace ser egoístas, primero nosotros, luego será el resto”.
   Espero que comprendas como son las cosas, ah, por cierto, me he enterado que andáis como locos con cientos de imágenes, figuras, tallas, estatuas, casas monumentales que pretendéis sean mi hogar, intentando representar no se que. ¿Qué queréis  hacer, comprarme?, valiente tontería, espero explicártelo.
   Te toca, seguro que me quieres preguntar alguna cosilla, si es así, que sean sin complicaciones, te aseguro que no hay nada complicado, pero antes te voy a pedir un favor, ponme una canción de Vaya Con Dios, me gusta como se llama esta gente, el nombre es: IDon’t Want to Know, me inspira, la escuché en no se que galaxia y no se me va de la cabeza, con la música sois geniales. Le dije que no tenia ni idea de aquella canción. Pero hijo no seas burro, para que tienes ese ordenador, búscala por internet. La encontré y se la puse, nos quedamos durante los minutos que duró encantados de la vida y de la canción. Venga, pregunta, cosas sencillas. Se me ocurrió preguntarle que pasaba después de la muerte, me miró con expresión rara, incluso me dijo que no entendía la pregunta, pues eso, le dije, ¿cuando te mueres dónde vas?. Donde vas a ir, me contesto, pues a ningún lado, te mueres y punto, o creéis que sois distintos a cualquier ser animado por el simple hecho de pensar, veo que el orgullo os supura por todo el cuerpo, idólatras de tres al cuarto. Otra más y no te vuelvas impertinente. Sólo se me ocurrió preguntarle como había empezado este berenjenal. No lo se, la verdad es que no tengo ni idea, me dijo, yo estaba dormido antes de la explosión, como un tronco, me desperté sobresaltado y sin más dejé hacer, esa era la cuestión, dejar que las cosas se produjesen a la buena de Dios, ¿no te parece gracioso?.

   De momento ahí acabó la cosa, le tengo dormido desde hace unos días en el cuarto de los invitados, pero antes de irse a dormir me dijo que abandone esa idea de hacerme invisible. No se que hacer cuando se despierte.

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