Los hechos que voy a relatar a muchos os parecerán increíbles y sois muy libres de creerlos o no, vosotros mismos, pero ciertos son como que la tierra gira.
Una tarde de lluvia de esas que me apetecen estar en mi cuarto leyendo, un fogonazo acompañado de una luz intensa me dio un susto que el libro que tenía en la mano salió despedido contra un anaquel, todos los que allí había se cayeron desperdigándose por el suelo. Al salir de la momentánea ceguera, en el sillón que tengo reservado para las visitas agradables, me encontré sentado un viejecito de facciones plácidas, pelo y barba blancas como la nieve y vestido de igual color, níveo, casi trasparente, cual figura venida de otro mundo.
"Perdón hijo, pero es que estos batacazos los llevo muy mal", me dijo. Me miró fijamente y me preguntó que quien era yo. ¿Qué quien era yo?, no entendía nada, cuando observó los libros que estaban esparcidos por el suelo:" Perdón, perdón, algunas veces soy un desastre", me dijo, y con gesto apenas apreciable dirigido a los libros estos volaron para colocarse en sus lugares correspondientes.
"Bueno y cómo van las cosas por aquí? Ya veo, no hace falta que me digas nada, vais como un tiro, la última vez solo había peludos que andaban con los nudillos y gruñían como los cerdos".
La intuición dada la situación me decía quien era, aunque me resistía con fuerza a admitirlo, por que si era lo que yo creía que era, aquello era muy fuerte. Y claro me leyó el pensamiento. No te preocupes, me dijo, voy a estar poco rato, lo suficiente para tener una idea de conjunto, no veas la que tengo liada en Follipón, algunas veces me quita el sueño. Pero esto es distinto, este mundo es maravilloso y habéis prosperado de una manera que no se, que quieres que te diga, me preocupa, jamás he tenido oposición, pero la que estáis montando, aunque a decir verdad no os andéis con el bolo colgando, si el éxito se os sube a la cabeza puede ser malo, este mundo es casi perfecto, en Prostiti se fueron a la mierda con un bombazo que ni te cuento, no quedó ni dios, como decís por aquí. Por cierto, ¿no tendrás una copita de algo?, estoy seco, cualquier cosa me vale. ¿Y qué le daba yo?. Sin lugar a dudas y a pesar de su apariencia el viejecito debía ser como un toro así que el güisqui que le propiné en un vaso lleno hasta los bordes se lo tragó de un lingotazo y no dijo ni pío, vamos que ni se estremeció, si acaso se relamió. Después y a botepronto me soltó lo siguiente: “Es muy difícil que el ser inteligente en cuanto tiene conciencia del yo no se vuelva irresponsable respecto a los demás seres y al entorno. Después de todo la supervivencia nos hace ser egoístas, primero nosotros, luego será el resto”.
Espero que comprendas como son las cosas, ah, por cierto, me he enterado que andáis como locos con cientos de imágenes, figuras, tallas, estatuas, casas monumentales que pretendéis sean mi hogar, intentando representar no se que. ¿Qué queréis hacer, comprarme?, valiente tontería, espero explicártelo.
Te toca, seguro que me quieres preguntar alguna cosilla, si es así, que sean sin complicaciones, te aseguro que no hay nada complicado, pero antes te voy a pedir un favor, ponme una canción de Vaya Con Dios, me gusta como se llama esta gente, el nombre es: IDon’t Want to Know, me inspira, la escuché en no se que galaxia y no se me va de la cabeza, con la música sois geniales. Le dije que no tenia ni idea de aquella canción. Pero hijo no seas burro, para que tienes ese ordenador, búscala por internet. La encontré y se la puse, nos quedamos durante los minutos que duró encantados de la vida y de la canción. Venga, pregunta, cosas sencillas. Se me ocurrió preguntarle que pasaba después de la muerte, me miró con expresión rara, incluso me dijo que no entendía la pregunta, pues eso, le dije, ¿cuando te mueres dónde vas?. Donde vas a ir, me contesto, pues a ningún lado, te mueres y punto, o creéis que sois distintos a cualquier ser animado por el simple hecho de pensar, veo que el orgullo os supura por todo el cuerpo, idólatras de tres al cuarto. Otra más y no te vuelvas impertinente. Sólo se me ocurrió preguntarle como había empezado este berenjenal. No lo se, la verdad es que no tengo ni idea, me dijo, yo estaba dormido antes de la explosión, como un tronco, me desperté sobresaltado y sin más dejé hacer, esa era la cuestión, dejar que las cosas se produjesen a la buena de Dios, ¿no te parece gracioso?.
De momento ahí acabó la cosa, le tengo dormido desde hace unos días en el cuarto de los invitados, pero antes de irse a dormir me dijo que abandone esa idea de hacerme invisible. No se que hacer cuando se despierte.
Hacia tiempo que no te leía, veo que sigues en tu linea y me gusta, voy a hechar un vistazo a las entradas antiguas, saludos
ResponderEliminarQue imaginación tienes, me encanta tu blog y me gustaría que exsistiera un Dios como del que hablas, sería muy divertido.
ResponderEliminar