martes, 31 de enero de 2012

REENCUENTRO Y PERDÓN




  Anteayer me encontré con Picio, la musa aquella que había liquidado. Tuvimos una pequeña discusión, el caso es que me recomendó o más bien me amenazó para que ese nombre que ella consideraba un insulto, lo cambiase, se llama Talía o Melpómene, según las circunstancias. Me llevé una alegría porque después de todo tenía cargo de conciencia, remordimientos que me inquietaban a las dos de la mañana, como si un despertador se hubiese puesto de acuerdo con mis pesares. Las musas son indestructibles (esto lo sé ahora), van y vienen sin aviso alguno, son libres y volubles.
  Talía me pasó la mano por el hombro y me perdonó, son en el fondo buenas y tan necesarias como el mismo aire que respiramos. Te voy a encender la bombilla, me dijo, que veo que está a menos de un cuarto de watio. No es que estuviese en horas bajas, pero una mano, ¿quien no lo agradece?. Me largó unos apuntes, yo andaba prevenido después de aquello que me pasó y llevaba en los bolsillos kleenex y un bloc, uno para los mocos y el otro para si en cualquier momento se acercaba una musa cualquiera.
  Tú as pensado en la grandeza de algún personaje público, me soltó de sopetón. La miré con  incredulidad, una musa no te ataca así, al pronto, te prepara, te ilumina lentamente hasta que vas cogiendo ritmo en el enlace de las palabras, que las frases salgan hilvanadas, lo normal digo yo. No, le dije, más escueto no podía ser.
  Escúchame con atención, esto te parecerá simple pero no lo es. Un hombre público puede programar una carretera, un edificio, cualquier cosa que tenga una función y que luego sea viable para la ciudadanía. Esa parece ser su misión, o una parte, ¿está claro?. Sí, por supuesto, para eso están, le contesté. Pero ellos buscan pasar a la posteridad y ahí no radica su grandeza. ¿Entonces?, le dije. Es sencillo, su pase a la posteridad consiste en hacer cosas que no valgan para nada, que se las recuerde por su inutilidad y gasto excesivo, por su desprecio del dinero público, por su memez. ¿Quién se acuerda de algo que sirva a la ciudadanía, al bien de los demás?, nadie, ¿pero de una sandez mayúscula?. Que genio, que visión tuvo el idiota que proyectó un aeropuerto que no sirve para nada, ¿te das cuenta de su mente excepcional?.
 Las musas te traen ideas que solo ellas son capaces de descubrir, la perdoné para siempre y además ya no insistió en lo de las novelas ni nada parecido. Este apunte si que es una visión, jamás dejaré a Melpómene.

viernes, 27 de enero de 2012

ESA MIRADA






  ¿Sabe este hombre por donde mira?. ¿Lo sabemos nosotros?. Podría ser cualquier cosa, pero me da la sensación de que está en peligro y no lo sabe, su mirada no es de miedo, ni de estupor, ni, ¿de qué es su mirada?, ¿de intriga?, más bien me inclino por esto último, está intrigado por lo que pudiera pasar y parece que no le importe mucho. ¿Y a nosotros, nos importa?, porque esa mirada la podríamos tener nosotros haciendo lo que este hombre hace, mirar por ese tubo estriado, y es lo que hacemos a diario, con conciencia o sin ella, mirar directamente esperando que algún día salga la bala

lunes, 23 de enero de 2012

LOS COMENTARIOS






  Mi agradecimiento a todos aquellos que me leen, porque esto de escribir un blog es ardua tarea. La tarea se la impone uno, no hay nadie que te presiones ni nada parecido, pero esta tarea se suavizaría si los lectores animasen con sus comentarios, entonces coger el boli para plasmar lo que a uno se le cae de la mollera, sería, si cabe, más gratificante que con solo la lectura.
  Es posible que alguien piense que estoy dramatizando, que no es tan duro, pero estar pendiente de que surja una simple idea que pueda darse en cualquier momento, no es nada fácil. La alerta para cazar esa idea resbaladiza siempre está activada. Reconozco que he copiado de algunos escritores intentando emularles en sus actividades, por ejemplo, si estás alerta y te surge en el café la idea la plasmas inmediatamente en cualquier soporte, en una servilleta, no tienes otro papel y esta vale (te ha surgido la idea pero esta no vale, veremos por qué), la servilleta te la guardas en un bolsillo y luego sin  darte cuenta de que cogiste un catarro, vas y te suenas los mocos con la dichosa servilleta, y allá va, hechas a perder algo que podría ser de valor (malditos escritores que se servían de servilletas), porque inmediatamente piensas que todo lo que pierdes (en cuanto a ideas, claro) tiene valor y además es irrecuperable.
 Las ideas también se acercan por la noche, algunas veces son odiosas, porque estás metido entre las sabanas tan a gusto que las maldices, no te levantas para escribirlas y planeas para cuando te levantes a mear, un borrador rápido para cuando te despiertes totalmente. Pero no, cuando ya estás con la vejiga que te va a explotar, te vas al water y te alivias,es cuando caes en la cuenta que la maldita idea se evaporó.
  Esto de ser escritor de blog es ardua tarea y creo que en ocasiones peligrosa. Los dedos de la mano se me quedaron agarrotados después de hacer 500 borradores de una simple idea ( de una simple idea ! ), siendo lo grave la porquería que me salió, aquello no servía de nada, y para más inri, las musas se me fueron al carajo.
 Encontrar una musa de verdad no es tan simple como se pueda creer, ni siquiera de alquiler, pero los escritores de blog tenemos una voluntad férrea, vamos, de bestia, somos duros. Esto quiere decir que la encontré, bien es verdad que era más fea que Picio (este tío murió de infarto por culpa de los espejos), pero me sirvió para terminar estas reflexiones que plasmo en una hoja de papel que me he encontrado por casualidad, afortunadamente un folio común y corriente, el caso es que aproveché que la musa estaba aquí y que me echó una mano.
 Una vez que la musa intuyó mi potencialidad como escritor de blog, pretendió llevarme por otros derroteros, quiere apartarme del blog, me dice que mi ingenio es para metas más elevadas, no es que pueda llegar al Nobel, pero ganar pasta en abundancia con novelas del tres al cuarto sería sencillo, incluso me dijo que haciendo de negro podría tener porvenir. Estoy intentando largarla como sea, la tengo pegada como una lapa, pero apartarme de mi blog no lo consiento, es una traición a mis principios, aunque mis principios seguramente los dejaré aparte cuando  este blog esté agotado, cuando vea las estadísticas y pasen semanas con lecturas 0. 
 Comprenderéis mi falta de compasión, la he liquidado, no quiero más musas, me he dado cuenta de que no me hacen falta, que lo que alimenta a este escritor de lineas cortas, es que mis amados lectores  escriban de vez en cuando algún comentario.

martes, 17 de enero de 2012

EL PROTOCOLO




 He pasado por un mal trance y es que me han operado, una operación de lo más sencilla, pero que me tuvo por un tiempo acojonado. La culpa de todo era de un granito inverso, un granito para dentro, no que sale de la piel, sino que entra en ella, como un volcán si salvamos las diferencias. El granito de la barbilla es el protagonista de mi recorrido, primero visitando al médico de cabecera, el cual me mandó al dermatólogo, este sin darle apenas importancia me manda al cirujano plástico, que también apenas le da importancia pero que es mejor quitarlo, es más, me dice, si fuese usted mi padre el consejo sería quitarlo ya, puesto que tarde o temprano habrá que quitarlo, mejor antes que después. Le digo que él tiene la palabra y adelante. Lo primero me receta unas pastillas y varias citas: hacer una radiografía de tórax, análisis de sangre y un electrocardiograma, y con los resultados al anestesista. Me sorprende y mosquea, le digo que si esto tiene riesgos, me dice que no, y le vuelvo a preguntar si es peor que sacarse una muela, me dice que no, entonces, ¿todo esto por un granito?, le digo, a lo que me responde, por un granito o lo que sea, es el protocolo, coño!, el protocolo, ante esa palabra uno queda aturdido. Bueno, le digo, si es el protocolo.
  Empiezo con  los trámites, tomándome las pastillas en el ínterin, por supuesto sin leer las contraindicaciones no sea que del susto no llegue a la operación (hablaremos en su día esto de las contraindicaciones). Acabados los trámites y con el visto bueno del anestesista, que me dice que estoy como un roble, espero el día de la intervención ( por supuesto con descomposición).
  Cita en el hospital de día a las ocho de la mañana, montón de gente esperando para meterle mano por diferentes causas. A eso de las diez oigo mi nombre y claro casi me viene el desmayo, pero con valentía me repongo y alzo la mano. Un enfermero que lleva una silla con ruedas me quiere hacer sentar, le digo que a mi no me hace falta, que estoy como un roble, lo siento, me dice, pero tiene que sentarse, ¿ y eso?, le digo, es el protocolo, me contesta, ah, coño, el protocolo, y me siento, faltaría más.
  Bueno, pues lo de la sillita con ruedas no está mal, vamos por diferentes pasillos hasta llegar a lo que parece ser la antesala del quirófano, una habitación grande con separadores de plástico, donde entre dos de estos separadores me aparcan. Unos minutos y aquí tenemos a la enfermera que transporta una especie de percha donde cuelga una bolsa de plástico con un líquido transparente, y una bandejita con una jeringa, unos tubos y esos complementos para pincharle a uno. Madre mía, le señalo con el dedo tembloroso el artefacto abominable y le pregunto, ¿ para qué es eso ?, es una vía que le tenemos que poner para el suero y alguna cosa más, este usted tranquilo que no pasa nada, ya, le digo, pero si sólo es un granito, (la voz no me salía del gañote) y además estoy hecho un roble, póngaselo al vecino, por dios, me dice, eso no puede ser, tenemos que cumplir con el protocolo, ah, ( sin apenas voz ) si es el protocolo.
  Sumido en el más profundo espanto me llevan al quirófano, los cirujanos me saludan con una amabilidad sospechosa, creo son varios, empiezo a no distinguir, el caso es que empieza la verbena. Ni siete minutos, no me entero de nada, claro que no abro los ojos ni para ver la cara del que me manipula la barbilla. Siete, diez minutos, horas, no sé, aquello transcurre rápido, me parece, y de vuelta en la sillita a la sala de espera comunal, transportando por supuesto la percha con el líquido aquel. Me esperaba la mascarilla de oxigeno, los golpes en el pecho para reanimarme y una enfermera para el boca a boca. Nada de eso, me dejan aparcado en un sillón francamente confortable y que espere. La luz se va haciendo poco a poco y a comentar con los vecinos de una forma coherente, que ya era difícil. En estas situaciones el tiempo va con una lentitud exasperante, pero transcurre. Una enfermera me trae una manzanilla o algo similar, es para ver como tolero aquello, que lo tolero bien, (ya no digo lo del roble, no sirvió para nada) y más tarde, creo sobre la una, un sándwich, que me lo como y que me sienta de maravilla.
  Transcurre el tiempo más lento, espeso, han venido facultativos a verme para darme una palmadita en la cabeza y decirme, esto va muy bien, y yo se lo agradezco con una mirada blanda, ya me entienden. Por fin y a eso de las cinco, vienen y me quitan la jeringa del brazo, me ponen un algodón en el agujero, me dan un papelito con el alta y las recomendaciones oportunas y para  mi casa.
  Que alivio ver la calle y el azul del cielo (estaba despejado), que sensación de alegría, estaba vivo y tan vivo que estaba que empecé a pensar, pensaba en el protocolo y en el dinero gastado por su causa, la del protocolo, que sabios los protocolenses que milimetraban todo aunque fuesen fortunas por un simple granito. Primero me cabreé un poco por todo aquel gasto, pero después seguí pensando en los protocolos y sentía una cierta alegría que se iba alargando, era una iluminación. Un granito, madre mía, un simple granito volcánico, salí corriendo por la calle a la búsqueda de una enfermedad contundente, de esas que te pueden mandar al otro barrio.¿Cómo será ese protocolo?
  

martes, 10 de enero de 2012

EL FUTURO SIEMPRE SERÁ INCIERTO


El texto que sigue pertenece a la novela de Gonzalo Torrente Ballester titulada “Filomeno a mi pesar”. Es una conversación entre dos personajes que trabajan en un banco en la City londinense. La acción transcurre a principio de los años treinta.” Lo que ahí se trama no podemos adivinarlo (habla de las grandes finanzas). No es sólo que manden, como tú piensas, sino el modo como mandan, y lo que proyectan, o lo que se los viene encima, porque, a veces, la realidad se les escapa de las manos. Si continúas en esto, verás cómo renacen las industrias de guerra, única solución del paro, y las industrias de guerra conducen a la guerra”.
 Este otro texto pone los pelos de punta. Se ven en el horizonte más allá del mañana señales sospechosas.
           
  “ Lo que los nazis hicieron, dijo Arendt, era algo nuevo: alteraron los limites de la acción humana. Al hacerlo, proporcionaron a la humanidad algo mas que una carga -la necesidad de comprender sus actos -, le proporcionaron también un legado : (Se encuentra en la misma naturaleza de las cosas el que cada acto, una vez que aparece y queda registrado en la historia de la humanidad, permanezca en la raza humana como algo potencial mucho después de que se haya convertido en algo perteneciente al pasado....Una vez que un crimen especifico surge por vez primera, su reaparición  es mas probable de lo que podía haber sido su emergencia inicial)”.
 Lodons Outrage, nº 1, 12-1976. Collage de textos.
   ¿Y Boris ?
 Boris acaba de hacerme un resumen de sus opiniones. Es un profeta del tiempo y dice que éste seguirá siendo malo. Habrá más calamidades, más muerte, más desesperación. En ninguna parte se observa la más ligera indicación de un cambio...Debemos ponernos en marcha, una marcha en filas cerradas hacia la prisión de la muerte. No hay escapatoria. El tiempo no cambiará. 
  Trópico de Cáncer, Henry Miller.
 No he debido tener un buen día, que negro está todo.
     

viernes, 6 de enero de 2012

ABUNDIA


  He descubierto una región que se llama Abundia, y lo  grande del caso es que no se donde está, no se definirla, no se muchas cosas por que en cuanto salí de aquellos parajes todo se volvió nebuloso. Lo que recuerdo es lo más parecido a un recuerdo soñado, pero es real y está ahí, con sus pueblos diseminados, aparentemente normales, procuraré contar cosas que me sucedieron en uno de sus pueblos, entremos en Abundia.
  Juntorevuelto ( me chocó el nombre) no es un pueblo ni abundante ni copioso, es simplemente un pueblo a rebosar de comprensión. El nombre de la región no concuerda con  lo que significa Abundia, en donde están estos parajes ni sobra ni falta, hay lo que hay. Ahora bien, en cuanto a personal el pueblo es la leche, no habrá abundancias, pero amigotes, los que quieras, es el pueblo más socializado del mundo, es el paraíso, por lo menos esa fue la primera impresión.
  El pueblo es como uno más que te puedes encontrar en cualquier sitio, pero la atmósfera que se respira de afectos, lo notas enseguida. Se desprende del entorno, de sus habitantes, un vaho mágico, de querer quererte y el afecto que intuyes se materializa enseguida.  te abrazan, te besan, te achuchan, no encuentras ningún tipo de prejuicio, no te miran mal por tu forma de vestir, de andar, de lo que sea, te aceptan tal como eres. Los bares es un jolgorio y la conversación es espontánea con quien sea, ya sea la abuelita o la chavala más potable del lugar, que por cierto no se cortan a la hora de darte  un empujón con sus caderas allá donde puedes sufrir un cambio que te haga perder el norte.
  El restaurante elegido para comer (todos los demás eran iguales) me sorprendió, no había mesas, mejor dicho sólo había una mesa, todo lo larga que se permitía el local, te sentabas en una silla libre y a comer con comensales que no habías visto en tu vida, fue genial, eso sí, mi comida la pagué yo, estaría bueno. Las conversaciones eran fluidas y se hablaba de todo, de fútbol, de política, de mujeres, de hombres, una gloria vaya.
  Después de comer me fui a la cafetería para reposar de la copiosa comida y tomarme el cafelito. Lo mismo, una única mesa y todos juntos, fenomenal, aunque quizás me hubiese gustado un poco más de calma y darme una cabezadita. Pero no hay mal que por bien no venga, allí estaba sentado  al lado de una moza de muy buen ver y con ganas de jarana. El café estaba lleno a rebosar y claro tuve que arrimar la silla a la de ella, tan juntas que nuestros muslos  se apretaron uno junto a otro. Así las cosas y que si por aquí y por allá me propuso irnos a retozar y acepté. Cogidos de la mano me llevó al Ayuntamiento, a una habitación habilitada para los menesteres en los que yo pensaba. Imagínense varias camas, varios sofás, y parejas en pelotas por doquier haciendo lo que las parejas en pelotas hacen. Los gruñidos, risitas, grititos, todo ello con los ojos cerrados formaban un algo armónico, eran los sonidos del placer universal, muy estimulante , así que, a la faena con todo el corazón y claro, lo demás. Tengo que decir que me corté un pelín al principio, pero una vez metido en harina me ilusioné como cualquier hijo de vecino, ¿quién le hace ascos a una especie  de bacanal?
  Una vez terminada aquella sesión acabamos otra vez en el café, tomamos un refresco para despejarnos y ahí vino la cosa, me entraron ciertas prisas, el cuerpo me pedía con urgencia evacuaciones menores y mayores. Claro que me mosqueé, pero no había remedio, tenía que ir al water. Excuso decir otra vez que esta vez me corté de verdad. El water era unisexo, grande, hermoso, diáfano y luminoso, con espejos a todo lo largo de la pared, con varias tazas pegadas a ella y el personal cagando tranquilamente con expresión beatífica.
  Que pena, Juntorevuelto, el pueblo mas socializado del mundo me decepcionó un poco, aunque creo que volveré, que por cierto, no mirar en los mapas, ni buscar la región de Abundia, no los vais a encontrar jamás, el lugar soló quedó gracias a no se quien en las coordenadas de mi TomTom.
   

lunes, 2 de enero de 2012

FRAUDE


 No hay más remedio que hablar de política (decía aquel que el hombre es un zoom politicón: piensen, es cierto). Hemos escuchado lo que nos preparan nuestros políticos de turno (tanto monta, monta tanto). No se habla, no se dice, no se comenta el gran problema de este Pais, EL FRAUDE.
 No hay manera de que esto se ataque de una y definitiva vez, habría que preguntarles la razón por la que no encaran esta lacra.
 No voy a marear con este tema, pero les remito a un par de páginas que no tienen desperdicio, tómense su tiempo, lean despacio y saquen conclusiones.
 www.sinpermiso.info . Revista incisiva.
 www.gestha.es/?sección=actualidad&num=220 . Sindicato de TÉCNICOS DEL MINISTERIO DE HACIENDA

domingo, 1 de enero de 2012

FIESTAS NAVIDEÑAS


Vaya por delante un detalle, y es que estas fiestas me gustan, no participo en nada, pero me gustan, aunque ya no es lo mismo y este año lo ha podido corroborar una falta que me indica que esto está casi finiquitado. 
 Después de casi cuatro años sin noticias de unos conocidos me llega esta llamémosla felicitación: “ Que nunca os falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer. ¡ Feliz Navidad ! “
 Si es vuestro como si no, genial queridos conocidos, no me faltará nada de eso y buscaré debajo de las piedras si fuera necesario para encontrar lo que fuere. Pero, quitando ese Feliz Navidad me habría gustado recibirlo el trece de Agosto, por ejemplo, o el quince de Abril o el treinta de Febrero, esas frases no estarían dichas fuera de contesto y si estaban en el contesto, miel sobre hojuelas. Pero esto de las felicitaciones navideñas no lo he entendido nunca, como  esta recibida precisamente en estas fechas. Desearme todo lo bueno siempre, decirme que he sido y soy un buen chico y no esperar a que la palme, llamarme en cualquier momento, aunque sea el treinta y cuatro de Enero, y me haréis feliz, y hasta santo, y hasta bueno.
 El contesto, me voy por peteneras. Decía de las felicitaciones que van mermando, se van reduciendo como los calendarios que te regalaban cuando el año se iba para el otro barrio, ya no  tenemos calendarios, quizás alguno con la virgen de la Macarena, que francamente no se que pinta en estas fechas.
 Todo cambia y quizás tiene que ser así.
 Dije que esto está finiquitado, es posible que exagere pero, la señal clara de que las felicitaciones navideñas van siendo cosas del pasado ha sido la búsqueda incesante en el buzón de correos desde mediados de mes, incesante y minuciosa, sin dejar recoveco alguno, con meticulosidad, he quitado el polvo acumulado de años y nada. Al cabo de los días me di por vencido, la postal navideña del Corte Ingles no llegaba.

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