EL eSTADO

 

“El resultado de esta tendencia será fatal. La espontaneidad social quedará violentada una vez y otra por la intervención del Estado; ninguna nueva simiente podrá fructificar. La sociedad tendrá que vivir para el Estado; el hombre, para la maquina del gobierno. Y como a la postre no es sino una máquina cuya existencia y mantenimiento dependen de la vitalidad circundante que la mantenga, el Estado, después de chupar el tuétano a la sociedad, se quedará hético, esquelético, muerto con esa muerte herrumbrosa de la máquina, mucho más cadavérica que la del organismo vivo”.

   Esto lo decía Ortega y Gasset en la rebelión de las masas. Uno de los mayores peligros de la sociedad era y es el Estado (que duda cabe), y si los componentes que manejan el Estado son los que tenemos, el desastre está asegurado.

   Las cuestiones que manejan los gobiernos de turno, como el consejo del poder judicial, la hacienda pública ( esas cuentas que son de todos y que cada vez parece ser que son de unos pocos), la fiscalía, la prensa (como cuarto poder), todos esos poderes al unísono manejados y nombrados por los incompetentes de turno, ¿dónde creéis que nos lleva?.

    A nadie le interesa saber que el modelo de estado huele a cadáver, esta democracia es una falacia, ¿o lo sabemos todos?. Si es así, aquí no hay quien se salve. Los políticos por activa o por pasiva están en el ajo hasta las trancas y la población o no se entera o no quiere enterarse.

    Esta es la cuestión, si meto la cabeza en un agujero todo se arregla, pero ni siquiera llegamos a Avestruz, nos quedaremos en minúsculos pollitos.