martes, 18 de febrero de 2014

EL HACEDOR II

 

   Estoy preocupado, el viejecito no despierta y me crea un estado de ánimo insoportable. Estoy pensando en consultar a un amigo siquiatra sin p, una variante de la psiquiatría  inventada por él que consiste en indagar campos que no sean solo de la mente, sino de todo el cuerpo. Como se pisa tiene una importancia primordial, estas pisadas y la solidez con que se asientan en el suelo, repercuten en ondas por todo el cuerpo hasta llegar al cerebro. Mirar las plantas de vuestros zapatos y os dirán muchas cosas, o por lo menso a él se lo dicen.
   He mirado las suelas de las zapatillas del viejito, están intactas, como si no hubiesen pisado jamás, obvio que por este medio no hay nada que hacer, además corro un riesgo, si le voy con el cuento a mi amigo es posible que acabemos los dos en cualquier sitio no deseable. También dadas las circunstancias, ya que abandonó la sanidad pública y se fue a la privada con el ímprobo Lamela, no me inspira confianza, así que iremos por otros derroteros.
   Otra preocupación que no me abandona, que me obsesiona, es el despertar del viejo, aquel despertar con aquella explosión, ¿es posible que se durmiese hasta que le despierte otra? Más angustia para potenciar mi ahogo.
   ¿Qué o quien me pueden ayudar a salir de esta situación? Quizás mis amigos astrónomos me puedan aportar algo, con Melpómene y Talía no se puede contar, están desaparecidas hace mucho tiempo. Pepe Estrella está en Chile, en Cerro Paranal, Carlitos Luna en Arecibo, donde hace surf cuando le dejan sobre la superficie del reflector. Seguro me dirán que estoy como una regadera, otra opción desechable. 
   Creo que he encontrado la solución, no se si será la mejor, el caso es que le estoy dando vueltas a la posibilidad de asesinarle, si esto fuera posible, y creo que puede ser mientras esté dormido, también pudiera ser que las cosas cambien con el sobresalto que pudiera tener en el momento infausto, a lo mejor después del acto todo se trasformaría en una implosión y podríamos volver a nacer bajo otras circunstancias.
   Se ha despertado, así, de repente, como si no hubiese dormido nunca y lo primero que me ha soltado, creo sin venir a cuento es lo que sigue: “La religión católica es una enfermedad, yo no la he impuesto, no se si te lo dije, es malvada por naturaleza y no tengo nada que ver con ella. Por favor dame una copita de lo que me diste antes”.
   Creo que se me saltaron unas lágrimas, estoy perdido, le pongo el güisqui que se lo mete al coleto entre pecho y espalda y me dice:”Recordar, sois parte de la vida, y esta no se anda con contemplaciones, si os tiene que quitar de enmedio porque la entorpecéis, os quitará”.
   Tomo nota y se leer entre lineas, lo mejor es quedar impasible, no valen las muecas.
   Me voy a dormir otra pequeña siestecita, espero que no me molestes, de paso lee lo que dice mi amigo Raoul Vaneigem: “ Desde la llegada de Cristo estamos liberados no del mal de sufrir sino del mal de sufrir inútilmente”, escribe con gran justicia el padre Charles de la Compañía de Jesus. El problema del poder no ha sido nunca el de suprimirse, sino el de darse una razón a fin de no oprimir “inútilmente”. Uniendo el sufrimiento con el hombre, bajo pretexto de gracia divina o de ley natural, el cristianismo, esta terapéutica enfermiza, ha conseguido su golpe maestro. Del príncipe al mánager, del cura al especialista, del director de conciencia al psicosociólogo, siempre es el principio del sufrimiento útil y del sacrificio consentido lo que constituye la base más sólida del poder jerarquizado. Sea cual sea la razón invocada - mundo mejor, más allá, sociedad socialista o futuro encantador - el sufrimiento aceptado es siempre cristiano. ¡Siempre! Al gusano clerical le suceden hoy los celadores de un Cristo pintado de rojo. Por doquier las reivindicaciones oficiales llevan en filigrana la asquerosa efigie del hombre crucificado; por doquier a los militantes les ruega que enarbolen la estúpida aureola del militante mártir. Los amasadores de la buena causa preparan con la sangre vertida las cochinadas del futuro: ¡menos carne de cañón y más carne de príncipe!
   Espero que tarde en despertar, o que despierte pronto y se largue, de cualquier forma no me molesta, lo del asesinato fue un arrebato.


   


2 comentarios:

  1. Hace algún tiempo que no entraba en el blog. Me resulta muy interesante las reflexiones, comentarios y análisis que desarrollas. Seguiremos con atención "entrando" en esta casa.

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  2. Franki Salbla ya veo que sigues escribiendo sobre tu "viejecito", al final le coges cariño y tambien he observado que recuerdas a tus "personajes", he llegado a la conclusión que te haras creyente.Un saludo

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