Hoy soy un hombre feliz, no lo podía creer, unas lágrimas han resbalado por mis mejillas y unos tenues sollozos han conmovido mi pecho.
Desde que he retomado el blog me han leído más de trescientas veces, (puedo ver las estadísticas, algo que antes no era posible) esto ha colmado mis expectativas y como dije estoy henchido de felicidad, aunque con cierta amargura, (una pizca) el de Sevilla no hay manera de que me lea y eso que es mi amigo. ¿Cómo es posible esto?.
Que no ensombrezca esta mancha mi historia bloguera.
Volveré al ataque, no cejaré, colapsaré el correo de la hija, (es quien lo maneja) colapsaré su linea telefónica y le mandaré cartas hasta que rebose su buzón.
El cuento seguirá
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