Cómo no hablar del cambio climático, eso que está en boca de todos, eso que ha sido un fracaso en Copenhague, eso que ha demostrado la verdadera incompetencia universal.
Pero el caso es que no se habla del verdadero problema. Los ciudadanos del mundo en general o son ignorantes, o son gilipollas,o no se enteran. Los políticos a lo suyo, o no se enteran, o son gilipollas y no tienen miras si no son sus poltronas, sus propios intereses, o son ignorantes o qué son. No tenemos ni uno solo medianamente coherente, medianamente serio en el mundo.
El caso digo es que no se habla del verdadero problema y es que en el mundo sobran tío arriba o tía abajo unos 4.000 millones. Ese es el problema, la superpoblación de la que apenas se habla. Según frases de Paul R. Ehrlich (biólogo de población), la tierra puede soportar unos 2.000 millones de habitantes. Visto lo visto, ¿alguien es capaz de discutir esto? Las perlas que añade no son moco de pavo, “tener más de dos hijos es egoísta e irresponsable”, o, “es esféricamente estúpido justificar la natalidad por las pensiones”. ¡Ándele!, díganselo a los políticos.De paso nosotros también pensamos un poco en el tema, a ver que conclusiones saca cada uno.
Los del birrete siguen andando por el mundo dando palos de ciego, perdidos para no perder la costumbre, esto no es nuevo por supuesto, entretenidos en buscarse sus propias pitanzas, ciegos, intentando conservar sus prerrogativas.
¿A quien se le ocurrió aquello de crecer y multiplicaos? Vaya cagada, desde luego no conocía los límites de este nuestro mundo.
domingo, 20 de diciembre de 2009
sábado, 12 de diciembre de 2009
ENLACE
CORREO
Si uno va por la calle y se encuentra con alguien lo lógico es saludarle, o si te presentan a una persona la saludas, con un beso (que eso se lleva mucho), con un apretón de manos (que también se lleva), con un abrazo (a mi esto último me encanta hacerlo a las señoras que están bien), etc. Todo esto es si la persona en cuestión no te produce ningún tipo de rechazo. Otra cosa es si la persona en cuestión no la puedes ni ver, vamos que poco menos que la borrarías del mapa. ¿Qué haces entonces si te cruzas con alguien así? Tenemos infinidad de formas, o nada más verla y sin que se de cuenta sales corriendo, o miras distraído al cielo para pasar desapercibido (esto tiene un riesgo, un día me lleve por delante una farola), o te escondes detrás de alguien muy grueso, contando claro está que tu no estés como él o ella, o te atas un zapato y te das cuenta que no tienes cordones, o también aceleras el paso a la par que le sonríes y le haces gesto de que estás muy ocupado y otra vez será, mentira podrida, no tienes ninguna prisa, estás viendo escaparates y te ha pillado por que no estás al loro. En fin, cada uno se las arregla como puede.
En los correos electrónicos que también se llaman mail, estas situaciones no se dan. Vamos que al individuo no le ves, le mandas lo que sea y ya está. Pero que pasa, la mayoría no te contesta y entonces empiezas a elucubrar, a pensar sesudamente, Dios ¿qué he hecho?, ¿dónde esta el error?, y claro te vas al correo que mandaste a ver si te as equivocado, si le dijiste algo inconveniente o cosas por el estilo, pero aquello está bien, no ves nada. La primera noche duermes más o menos bien, la segunda tardas y de ahí en adelante andas como un zombi por la casa inundado de remordimientos, no me quieren, estoy solo, mañana sin remedio me tomo medio kilo de valium, me voy para el otro barrio. La desesperación cunde y cuando voy por la calle ya no saludo a nadie, no veo nada, está todo negro, no he hecho ningún mal a nadie, por que yo, me evitan, solo quieren mi dinero y no tengo un duro, esto no puede ser, socorro, todo esto para mis adentros, mi sufrimiento será mío, me haré anacoreta.
Que simple habría sido americanizarse y responder con un simple ¡OK!
En los correos electrónicos que también se llaman mail, estas situaciones no se dan. Vamos que al individuo no le ves, le mandas lo que sea y ya está. Pero que pasa, la mayoría no te contesta y entonces empiezas a elucubrar, a pensar sesudamente, Dios ¿qué he hecho?, ¿dónde esta el error?, y claro te vas al correo que mandaste a ver si te as equivocado, si le dijiste algo inconveniente o cosas por el estilo, pero aquello está bien, no ves nada. La primera noche duermes más o menos bien, la segunda tardas y de ahí en adelante andas como un zombi por la casa inundado de remordimientos, no me quieren, estoy solo, mañana sin remedio me tomo medio kilo de valium, me voy para el otro barrio. La desesperación cunde y cuando voy por la calle ya no saludo a nadie, no veo nada, está todo negro, no he hecho ningún mal a nadie, por que yo, me evitan, solo quieren mi dinero y no tengo un duro, esto no puede ser, socorro, todo esto para mis adentros, mi sufrimiento será mío, me haré anacoreta.
Que simple habría sido americanizarse y responder con un simple ¡OK!
martes, 8 de diciembre de 2009
MAQUIAVELO
Maquiavelo ideo una serie de instrucciones para que el gobernante pudiese gobernar a su antojo, estas giraban alrededor del miedo, del terror como elemento indispensable para el buen gobierno.
Maquiavelismo: Doctrina política de Maquiavelo, escritor italiano del siglo XVI, fundada en la preeminencia de la razón de Estado sobre cualquier otra de carácter moral.
El fin justifica los medios
Todo Estado en el momento de nacer basa su autoridad en el miedo y en Dios (el que sea), esta dualidad siempre va junta, pero no unida, andan en paralelo, necesitándose, se entrecruzan, se despegan, se unen. Obsérvese la actuación de algunos gobiernos, que se llaman democráticos, por esos mundos.
En las democracias el miedo es más difícil de manejar en beneficio del Estado, los componentes que integran esas democracias(oposición, justicia, prensa, ¿qué mas poder tenemos?) hacen de contrapeso en alguna medida, aunque es cierto que también cooperan si el bien del Estado lo requiere. Pero el miedo nunca desaparece, si acaso se diluye. Para suplir al Estado en perpetuar el miedo nacen las grandes corporaciones, estas son las que gestionan el miedo. Una corporación a escala planetaria o con dimensiones que se lo permita, propaga un bulo sobre un hecho que pueda ser perjudicial para los individuos y beneficiosa para dicha corporación. Los gobiernos no se plantearán el bulo como cuento, se han de curar en salud, por si acaso, y han de aceptarlo como mal menor o en beneficio propio, las cosas siempre se pueden revertir y el gobierno siempre tiene que estar atento, en la recamara ha de haber un culpable, si bien es verdad que en algunos casos esos mismos gobiernos articulan documentos poco menos que secretos con esas mismas corporaciones para exonerarlas de cualquier incidencia. Si el pueblo entiende que esto lo hace por su bien y rebaja su miedo, el Estado será aceptado y el gobierno aplaudido. El individuo se siente amparado ante el temor.
Por los motivos que sean, que son muchos, siempre estaremos y viviremos con la angustia, con el miedo o los miedos, teniendo en cuenta que el ser humano es el único ser que sabe que se va a morir.
Posiblemente el ser humano necesite de un paraguas protector, de un aliviadero donde descargar nuestros temores y nos agrupamos para eso, nos socializamos, nos nacionalizamos, nos dividimos y no aceptamos pero nos juntamos.
Me pregunto si Maquiavelo no está sobrepasado, si las técnicas para dominio y manipulación del personal dejaron a aquel escritor del XVI como un escritor de cuentos para niños. ¿Vosotros qué decís?
Maquiavelismo: Doctrina política de Maquiavelo, escritor italiano del siglo XVI, fundada en la preeminencia de la razón de Estado sobre cualquier otra de carácter moral.
El fin justifica los medios
Todo Estado en el momento de nacer basa su autoridad en el miedo y en Dios (el que sea), esta dualidad siempre va junta, pero no unida, andan en paralelo, necesitándose, se entrecruzan, se despegan, se unen. Obsérvese la actuación de algunos gobiernos, que se llaman democráticos, por esos mundos.
En las democracias el miedo es más difícil de manejar en beneficio del Estado, los componentes que integran esas democracias(oposición, justicia, prensa, ¿qué mas poder tenemos?) hacen de contrapeso en alguna medida, aunque es cierto que también cooperan si el bien del Estado lo requiere. Pero el miedo nunca desaparece, si acaso se diluye. Para suplir al Estado en perpetuar el miedo nacen las grandes corporaciones, estas son las que gestionan el miedo. Una corporación a escala planetaria o con dimensiones que se lo permita, propaga un bulo sobre un hecho que pueda ser perjudicial para los individuos y beneficiosa para dicha corporación. Los gobiernos no se plantearán el bulo como cuento, se han de curar en salud, por si acaso, y han de aceptarlo como mal menor o en beneficio propio, las cosas siempre se pueden revertir y el gobierno siempre tiene que estar atento, en la recamara ha de haber un culpable, si bien es verdad que en algunos casos esos mismos gobiernos articulan documentos poco menos que secretos con esas mismas corporaciones para exonerarlas de cualquier incidencia. Si el pueblo entiende que esto lo hace por su bien y rebaja su miedo, el Estado será aceptado y el gobierno aplaudido. El individuo se siente amparado ante el temor.
Por los motivos que sean, que son muchos, siempre estaremos y viviremos con la angustia, con el miedo o los miedos, teniendo en cuenta que el ser humano es el único ser que sabe que se va a morir.
Posiblemente el ser humano necesite de un paraguas protector, de un aliviadero donde descargar nuestros temores y nos agrupamos para eso, nos socializamos, nos nacionalizamos, nos dividimos y no aceptamos pero nos juntamos.
Me pregunto si Maquiavelo no está sobrepasado, si las técnicas para dominio y manipulación del personal dejaron a aquel escritor del XVI como un escritor de cuentos para niños. ¿Vosotros qué decís?
miércoles, 2 de diciembre de 2009
DE LOS LIBROS
Tengo una manía (si es que se puede llamar manía) y es que me encanta sugerir libros que he leído, esos que de alguna manera te han llevado a reflexionar, te han enseñado algo de lo que te vas acordar durante tiempo.
"El Pentateuco de Isaac" de Angel Wagenstein es uno que recomiendo. No soy crítico por lo tanto no hago críticas, en todo caso como digo antes sugerencias que son siempre subjetivas, lo cual quiere decir que la recomendación siempre será algo que implique un acierto o un error, en esto de la literatura como en otros muchos casos son riesgos a correr.
Wagenstein nos cuenta varios chistes en su libro, copio uno que personalmente me hizo mucha gracia. Antes de contar el chiste una pequeña aclaración, el sabbat es la fiesta semanal de los judíos y cae en viernes, ese día no se puede hacer nada, ni siquiera tocar dinero (por ser éste maldito y sucio, un signo auténtico del diablo, aunque el resto del tiempo los judíos no comparten una opinión tan extrema). Esto son dos judíos de dos pueblos cercanos que se ponen a discutir sobre cuál de sus respectivos rabinos tiene relaciones más estrecha con Dios y, por lo tanto, es más capaz de hacer milagros.
"Por supuesto que es el nuestro", dice el primero. "El pasado sabbat nuestro rabí se encaminó hacia la sinagoga, pero de repente se puso a llover a cántaros. No es que nuestro rabí no tuviera paraguas, pero ya que el sabbat no se debe hacer nada: ¿cómo lo iba a abrir? Miró hacia el cielo, Jehová lo entendió enseguida y se hizo el milagro: por un lado, lluvia, por el otro, lluvia, y en medio, ¡un pasillo seco hasta el propio templo! A ver, ¿qué me dices sobre esto?".
"Pues escucha lo que te voy a contar: el sabbat pasado nuestro rabí regresaba a casa después de rezar. En el camino se encontró un billete de cien euros. ¿Cómo cogerlo, si es un pecado tocar dinero? Miró al cielo, Jehová se dio cuenta y se hizo el milagro: por un lado, sabbat, por el otro lado, sabbat, y en el medio, no me lo vas a creer, ¡era jueves!".
Me reí y con los otros chistes igual. Pero el libro no es de chistes, ni mucho menos, es trágico, humano, triste y alegre, todo esto junto hace que sea un placer leer "El Pentateuco de Isaac". Un libro por donde uno deambula de la mano de un hombre por esas bestialidades que fueron las dos guerras mundiales, por esas sinrazones, de ahí que en la tragedia ese humor que destila el protagonista nos llegue dentro y el libro se convierta en la delicia que es
"El Pentateuco de Isaac" de Angel Wagenstein es uno que recomiendo. No soy crítico por lo tanto no hago críticas, en todo caso como digo antes sugerencias que son siempre subjetivas, lo cual quiere decir que la recomendación siempre será algo que implique un acierto o un error, en esto de la literatura como en otros muchos casos son riesgos a correr.
Wagenstein nos cuenta varios chistes en su libro, copio uno que personalmente me hizo mucha gracia. Antes de contar el chiste una pequeña aclaración, el sabbat es la fiesta semanal de los judíos y cae en viernes, ese día no se puede hacer nada, ni siquiera tocar dinero (por ser éste maldito y sucio, un signo auténtico del diablo, aunque el resto del tiempo los judíos no comparten una opinión tan extrema). Esto son dos judíos de dos pueblos cercanos que se ponen a discutir sobre cuál de sus respectivos rabinos tiene relaciones más estrecha con Dios y, por lo tanto, es más capaz de hacer milagros.
"Por supuesto que es el nuestro", dice el primero. "El pasado sabbat nuestro rabí se encaminó hacia la sinagoga, pero de repente se puso a llover a cántaros. No es que nuestro rabí no tuviera paraguas, pero ya que el sabbat no se debe hacer nada: ¿cómo lo iba a abrir? Miró hacia el cielo, Jehová lo entendió enseguida y se hizo el milagro: por un lado, lluvia, por el otro, lluvia, y en medio, ¡un pasillo seco hasta el propio templo! A ver, ¿qué me dices sobre esto?".
"Pues escucha lo que te voy a contar: el sabbat pasado nuestro rabí regresaba a casa después de rezar. En el camino se encontró un billete de cien euros. ¿Cómo cogerlo, si es un pecado tocar dinero? Miró al cielo, Jehová se dio cuenta y se hizo el milagro: por un lado, sabbat, por el otro lado, sabbat, y en el medio, no me lo vas a creer, ¡era jueves!".
Me reí y con los otros chistes igual. Pero el libro no es de chistes, ni mucho menos, es trágico, humano, triste y alegre, todo esto junto hace que sea un placer leer "El Pentateuco de Isaac". Un libro por donde uno deambula de la mano de un hombre por esas bestialidades que fueron las dos guerras mundiales, por esas sinrazones, de ahí que en la tragedia ese humor que destila el protagonista nos llegue dentro y el libro se convierta en la delicia que es
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