¿Quien no ha leído a Kafka? Si no lo habéis leído no sabéis nada, no habéis leído nada. Para comprender la literatura, la vida, hay que leer a este escritor, es la realidad absoluta porque sencillamente es la imaginación absoluta.
Esto es una forma de complicarse la vida, pero no olvidéis de que esto es ficción y de que mis apreciaciones son ficticias. Pero Kafka es él, único, es el que por medio de la imaginación te hace ver la realidad tal cual, cruda, esperpéntica, tal cual.
Burocracia: influencia excesiva de los empleados públicos en los negocios del estado. Sacado de la RAE
Influencia excesiva de los empleados públicos en hacer perder el tiempo de una forma lamentable a la ciudadanía (este párrafo es cosecha propia).
¿Qué tiene que ver Kafka con la burocracia?, sencillamente no hay escritor que haya plasmado el significado de la burocracia como él. Alucinantes son los viajes de sus personajes por los tortuosos caminos que nos hacen andar los burócratas. Buscamos las entradas de los castillos sin encontrarlas jamás y siempre dirigidos por los inefables oficinistas escondidos, camuflados por los vericuetos de la administración. A un burócrata que se precie nunca se le ve y aunque creamos que le tenemos físicamente delante no es así, es una ilusión, el burócrata estará en otro lado, te despistará, te mareará y engañará, es así como justifica su existencia, estando sin estar, su esencia siempre estará diluida, es un fantasma omnipresente, está en todos los sitios y en ninguno, es como se perpetua y como entiende la imprescimbilidad, son sus intereses personales los que priman junto a los del corporativismo, ajustan a sus intereses todo el entramado social, ya que la administración es el vehículo por donde tiene que pasar en múltiples ocasiones la ciudadanía, ellos manejas el mundo.
Los burócratas están en la cúspide de la escala social, he ahí la nueva monarquía absolutista, ¿o no tan nueva?
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